"En promedio los gatos viven de 12 a 15 años. Y para ofrecerle la oportunidad de llevar una vida larga y feliz, puedes hacer una revisión casera mensual de cinco puntos. De este modo podrás detectar y prevenir los problemas.
Cinco pasos para tener un gato feliz:
1. Control de peso
Sube a la báscula con él en brazos y resta tu peso del de los dos juntos. También puedes vigilar los cambios de su peso corporal mirándolo desde arriba para identificar una leve cintura por detrás de las costillas. Si no estás seguro, pon las dos manos en sus costados. ¿Puedes notar sus costillas? Si es así, está en su peso ideal (pero si se le resaltan mucho, está demasiado delgado).
Busca también bolsas de grasa bajo sus patas traseras y su abdomen.
Si no supera alguna de las pruebas de peso, lo mejor es que hables con el veterinario para que te aconseje sobre los pasos siguientes. Mientras tanto, excluye del menú todas las golosinas y premios y prueba qué tal le sienta comer cuatro comidas pequeñas al día en lugar de dos más grandes. Asegúrate también de que haga algo de ejercicio, empezando poco a poco con breves períodos de actividad y aumentándolos gradualmente.
Si, por otro lado, crees que pesa menos de lo debido, llévalo al veterinario para que le haga un control de salud completo.
2. Examen de pelo y piel
El pelo de tu gato debe tener un tacto suave desde la cabeza hasta el extremo de la cola. Puedes separarle el pelo cerca de la cabeza y a lo largo de la columna para ver si tiene escamas o cortes. Continúa hacia la base de la cola, las ancas y el estómago para ver si tiene pulgas; en tal caso, verás unas escamas o motas negras diminutas. Si crees haber encontrado pulgas, consulta con el veterinario cuál puede ser el tratamiento adecuado.
El color del pelo también puede decirnos algo. Debe ser brillante y suave; si se ve mate o deslucido, es posible que se encuentre mal. Tu veterinario te podrá ayudar.
3. Examen de ojos y oídos
Si haces ligeramente hacia abajo el párpado inferior de tu gato, la parte que queda visible debe ser rosada. También puedes comprobar que sus pupilas sean de tamaño normal y colocarte con él cerca de una ventana, abriendo y cerrando la cortina para comprobar cómo responden sus pupilas a la luz. Si hay alguna secreción coloreada o un lagrimeo excesivo, es posible que haya sufrido una infección.
Las orejas del gato se deben ver limpias y de color rosado, pero no de un rosado intenso. También deben estar exentas de residuos y de olores molestos. Mira si tiene cera, especialmente cera oscura, que puede ser síntoma de parásitos en los oídos o infección.
Visita al veterinario si le encuentras algún problema en los ojos u oídos.
4. Examen de dientes y encías
Ábrele la boca con cuidado para inspeccionarle todos los dientes. Mira si tiene acumulación de sarro, de color entre amarillo y marrón oscuro. Si lo encuentras, tendrás que llevarlo al veterinario para que se lo quite. Como siempre, es mejor prevenir que curar, así que lo mejor es que el veterinario le haga una limpieza bucal completa con regularidad. Puedes ayudar adquiriendo un cepillo de dientes y dentífrico especialmente diseñado para gatos o dándole premios masticables diseñados para combatir la placa.
5. Exámenes aleatorios
Es fácil comprobar si tu gato tiene masas o bultos inusuales. Ponle las manos sobre la cabeza y muévelas hacia debajo de la barbilla, luego por detrás de las patas delanteras, debajo de los hombros, por la espalda, por encima de las caderas y por las patas traseras. Mira también si tiene cortes o grietas en las uñas y en las almohadillas de las patas. Si observas algo que no te guste, llévalo al veterinario.
Si acaricias mucho a tu gato, pronto sabrás qué aspecto tiene cuando está sano. De este modo podrás detectar cualquier cosa inusual de manera rápida y fácil, y le ayudarás a llevar una vida prolongada y satisfactoria.