Tu gatito tiene el instinto natural de no comer nada que no reconozca. Sin embargo, hay numerosos venenos y productos químicos dentro y fuera de casa, y siempre es posible que pueda ingerir algo peligroso por error. Es conveniente tenerlo siempre vigilado, ya que su curiosidad puede ser peligrosa.
Muy a menudo, los gatitos son propensos a investigar las botellas llamativas de los productos de limpieza o ingerir un cebo envenenado si su olor les parece atractivo. Su propio sentido de la limpieza tiene también cierto riesgo: si algún producto como pintura o alquitrán se le adhiere al pelo o las patas, puede ingerirlo al limpiarse.
Lo peor de las intoxicaciones es que puede ser difícil descubrir qué sustancia ha ingerido. Los síntomas son también muy variables. Permanece atento para descubrir un cansancio no habitual, parálisis, temblores o convulsiones. Algunos venenos pueden provocar también diarrea, náuseas y vómitos.
Cada segundo cuenta
Como siempre, es mejor prevenir que curar. Guarda los productos de limpieza, los medicamentos, las pinturas y cualquier clase de sustancias tóxicas fuera del alcance de tu gatito. Quizá sea difícil, sabiendo lo curioso que tu pequeño amigo puede llegar a ser, pero seguro que al final se te ocurrirá algún sitio a prueba de travesuras. Si presenta síntomas de haberse intoxicado, no intentes hacerle vomitar. Llévalo al veterinario lo antes posible, y si sabes qué veneno ha sido, llévalo contigo.
En situaciones de este tipo, es muy útil tener el número de teléfono de tu veterinario a mano. Intenta mantener la calma, ya que así tu gatito se sentirá más seguro.