Con cuidado
Aunque a estas alturas tu hogar debería estar a prueba de gatitos, merece la pena recordar que las casas están llenas de peligros para estos pequeños aventureros. No olvides tener cuidado con cosas como ventanas entreabiertas, la tapa del aseo levantada o placas de cocina calientes. Elementos habituales como bolsas de plástico o accesorios de costura pueden suponer un peligro, especialmente para un gatito joven e inexperto.
Cuando tu gatito empiece a aventurarse fuera de casa, tendrás que confiar en su instinto natural de supervivencia, ya que no podrás protegerle de los riesgos de trepar a árboles grandes o de los encuentros con otros gatos que pueden morderle o arañarle. No debería meterse en demasiadas escaramuzas, pero es conveniente que tengas el número de teléfono de tu veterinario a mano para llamarle de inmediato si alguna vez parece que vuelve de la guerra.
Los accidente ocurren
Por muy precavido que seas, siempre puede ocurrir algún accidente. Por lo tanto, es mejor estar preparado:
• Si se ha tragado algo o si tiene heridas, abrasiones o quemaduras grandes, intenta calmarlo con palabras suaves y caricias, y llévalo rápidamente al veterinario.
• Si sangra, presiona la herida con un trapo limpio. Intenta mantenerlo calmado y quieto para que su frecuencia cardiaca se altere lo menos posible.
• Si se ha quemado o escaldado, llévalo al fregadero y cálmalo con abundante agua fría.
Siempre recomendamos que, ante una lesión grave, lo primero es acudir al veterinario, aunque él prefiera sobre todo amor y cariño.