Llevar el gato al veterinario
El veterinario será tu mejor amigo si es la primera vez que cuidas de un gato. Si el gato muestra indicios de encontrarse mal, ¡que no cunda el pánico! Asegúrate de que tienes a mano en todo momento el número de la clínica veterinaria local, junto con el horario de apertura y las instrucciones para urgencias fuera de horas. Si no tienes tiempo de llevar al gato a la clínica, quizá el veterinario te pueda aconsejar por teléfono.
Te puedes preparar para todo tipo de eventualidades antes siquiera de salir de casa. Antes que nada, si crees que el gato puede necesitar un anestésico, asegúrate de que no coma ni beba nada. En segundo lugar, llama a tu veterinario para decir que vais de camino. De este modo se pueden preparar y es posible que ahorren un tiempo vital (si tu gato se encuentra realmente mal).
Por el camino
Para garantizar la seguridad de tu gato (y la tuya propia), necesitarás algún tipo de contenedor en el que puedas transportarlo durante el viaje. Lo mejor es una jaula para gatos, pero te puede valer una caja sólida de cartón siempre que cortes o perfores algunos pequeños orificios de ventilación y la ates bien. No cometas el frecuente error de llenar la mitad de la caja con cosas para hacerle el viaje más cómodo, ¡no vaya a ser que no quede espacio suficiente para el gato! Unas cuantas hojas de periódico o un jersey viejo serán suficientes.
Y no te olvides de mantener la calma. Las palabras tranquilizadoras y un juguete conocido ayudarán a tu gato a sentirse lo mejor posible.