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A casi todos los gatos les gusta comunicarse, pero hay una diferencia entre una interacción amistosa y no dejarte pegar ojo en toda la noche. Si tu vida está siendo alterada a causa de un gato ruidoso, prueba alguna de las siguientes cosas:

Enséñale la puerta
Algunos gatos nunca se aclaran: cuando están dentro, quieren salir, y si están fuera, piden entrar. La solución es una gatera. Pronto aprenderá a usarla, y saldrá o entrará a su antojo.

Respeta los horarios
Cuando se trata de gatos, las horas de las comidas son un asunto delicado. Para asegurarte de no dejarlo con hambre, intenta seguir nuestras recomendaciones de alimentación, o piensa en la posibilidad de dejarle pienso para que pueda comer todo el día. Es mejor que des de comer a tu gato a las mismas horas todos los días. Cuando se acostumbre al horario, se dará cuenta de que no hace falta que te lo recuerde.

Hazle caricias
Los maullidos frecuentes son muchas veces llamadas en busca de atención, así que hazle caricias de vez en cuando. También resulta útil encontrar algo de tiempo para jugar juntos. Recuerda que sus mejores momentos no consisten sólo en estar sentado en tu regazo mientras ves la televisión.

Marca límites
Aunque la mayoría de los gatos dejan de maullar cuando consiguen aquello que piden, otros no cesan. Hagas lo que hagas, no le animes aún más. Aunque aguantes todo lo que puedas, si al final le respondes, le estás enseñando que cuanto más tiempo maúlle, más probabilidades tiene de conseguir tu atención. Por muy difícil que te resulte, lo mejor es no hacerle caso.

Premia su buen comportamiento
Al igual que es importante no hacerle caso cuando maúlla, también tienes que recompensarle cuando está en silencio. Espera hasta que deje de dar la murga y entonces halágale con palabras amables. Dale un premio, acaríciale o juega con él.

Ayúdale a relajarse
En algunos casos, los gritos constantes son un signo de aburrimiento o de estrés. Los juguetes harán maravillas, especialmente si son de los que le plantean un desafío mental. Muchas tiendas de animales tienen el juguete “Cat Track”, que es una jaula redondeada con una bola en su interior, que es estimulante y le ayuda a desarrollar la perseverancia.

Quizá esté enfermo
Aunque la mayoría de los maullidos son una llamada en busca de atención, en algunos casos pueden significar que tu gato está mal o tiene dolor y necesita cuidados veterinarios. Fijarte en qué hace el gato cuando maúlla puede darte alguna pista sobre el tipo de problema. Si maúlla cuando come, por ejemplo, puede dolerle algún diente o tener dificultades para tragar. De manera similar, maullar en la bandeja de arena puede indicar que tiene estreñimiento o problemas para orinar. Si estás preocupado, llévalo al veterinario.